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Nunca supe el verdadero por qué, pero desde que tengo memoria fui un apasionado por la lectura, era un fervoroso devorador de libros, no importaba si eran novelas policiales, de intriga, históricas o de ficción.
La Biblioteca Bernardino Rivadavia de Bahía Blanca era el lugar donde pasaba las tardes consumiendo a grandes pasos la colección Robin Hood, debo confesar que los leí todos sin importar el género ni el estilo. Me nutrí de autores tan diversos como Marco Polo, Lewis Carroll, Miguel Cané, Edmundo de Amicis, Daniel Defoe, Charles Dickens, Emilio Salgari, Jack London, Robert Stevenson, Mark Twain, Julio Verne y tantos otros que me enseñaron y mostraron realidades, gente, sociedades y costumbres totalmente desconocidas, para un adolescente que recién asomaba a la vida, con los ojos asombrados ante tantas novedades.
A medida que crecí esa pasión no desapareció ni menguó, con los años vino a sumarse otra, la fotografía. Ésta tiene algo mágico, que es el don que poseen los dioses de congelar el tiempo, para algunos esta ocupación está elevada a la categoría de arte y estoy de acuerdo, pero no me considero uno de ellos, si me preguntan esas son mis actividades preferidas.
Pasados los treinta, apareció una tercera, la de garabatear historias que me venían de improviso a la mente, y otras que aparecían como un esbozo y las iba madurando lentamente como el vino en la barrica, hasta que creía que ya estaban listas para que vieran la luz.
Cada cuento tiene su núcleo histórico, su tiempo de elaboración y de escritura, algunos resultaron fáciles de plasmar en el papel y otros me insumieron mucho tiempo y noches de insomnio. Sucede que son como una especie de hijos, y creo que tiene que ver con el esfuerzo de crear algo que no existía antes bajo la luz del sol.
Estos son mis productos, espero que si atreven a leerlos, los disfruten tanto como yo al escribirlos, o casi.
Autor:
MARIO FERNÁNDEZ RAONE
Nací en 1949 en Patagones Pcia. de Buenos Aires
De profesión: médico.
Mi Hobby: lector empedernido desde niño.
Mis juegos infantiles; por demás imaginarios. Yo creaba distintos personajes los que, con elementos simples y ocasionales, cajas de fósforos, papeles, piedritas, lápices…, formaba legiones en las que imperaba la protección y la justicia.
Mi sueño y mi esperanza; Un nuevo mundo con un futuro mejor.
Honrar un pacto y otros cuentos
Nunca supe el verdadero por qué, pero desde que tengo memoria fui un apasionado por la lectura, era un fervoroso devorador de libros, no importaba si eran novelas policiales, de intriga, históricas o de ficción.
La Biblioteca Bernardino Rivadavia de Bahía Blanca era el lugar donde pasaba las tardes consumiendo a grandes pasos la colección Robin Hood, debo confesar que los leí todos sin importar el género ni el estilo. Me nutrí de autores tan diversos como Marco Polo, Lewis Carroll, Miguel Cané, Edmundo de Amicis, Daniel Defoe, Charles Dickens, Emilio Salgari, Jack London, Robert Stevenson, Mark Twain, Julio Verne y tantos otros que me enseñaron y mostraron realidades, gente, sociedades y costumbres totalmente desconocidas, para un adolescente que recién asomaba a la vida, con los ojos asombrados ante tantas novedades.
A medida que crecí esa pasión no desapareció ni menguó, con los años vino a sumarse otra, la fotografía. Ésta tiene algo mágico, que es el don que poseen los dioses de congelar el tiempo, para algunos esta ocupación está elevada a la categoría de arte y estoy de acuerdo, pero no me considero uno de ellos, si me preguntan esas son mis actividades preferidas.
Pasados los treinta, apareció una tercera, la de garabatear historias que me venían de improviso a la mente, y otras que aparecían como un esbozo y las iba madurando lentamente como el vino en la barrica, hasta que creía que ya estaban listas para que vieran la luz.
Cada cuento tiene su núcleo histórico, su tiempo de elaboración y de escritura, algunos resultaron fáciles de plasmar en el papel y otros me insumieron mucho tiempo y noches de insomnio. Sucede que son como una especie de hijos, y creo que tiene que ver con el esfuerzo de crear algo que no existía antes bajo la luz del sol.
Estos son mis productos, espero que si atreven a leerlos, los disfruten tanto como yo al escribirlos, o casi.
Autor:
MARIO FERNÁNDEZ RAONE
Nací en 1949 en Patagones Pcia. de Buenos Aires
De profesión: médico.
Mi Hobby: lector empedernido desde niño.
Mis juegos infantiles; por demás imaginarios. Yo creaba distintos personajes los que, con elementos simples y ocasionales, cajas de fósforos, papeles, piedritas, lápices…, formaba legiones en las que imperaba la protección y la justicia.
Mi sueño y mi esperanza; Un nuevo mundo con un futuro mejor.