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Y es así, que la hermosa Ángela, a puro dolor y en plena juventud, había aprendido la gran mentira de la esperanza. Creo que en su cabecita juvenil había quedado muy claro que no volvería a Italia. Pero ahora me pregunto cómo es posible seguir adelante sin que el motor impulsor llamado esperanza funcione. Lo que creo es que Ángela debe de haber generado alguna nueva idea para aceitar los estímulos que le permitiera seguir viviendo en la ilusión. Si a esa altura de su vida ya había desenmascarado a la esperanza con la certeza de nunca más volver, debía buscar un sucedáneo de la esperanza para no detener sus motores.
Pero si se había dado cuenta de que correr detrás de un ideal, de una ilusión, que tener esperanza era una gran mentira, entonces debió de crear cimientos sobre terrenos más sólidos, firmes, reales, verdaderos. ¿Y dónde buscaría esa solidez, esa verdad, esa cereza que más tarde le permitiría seguir su destino si a la vista de los hechos su vida había quedado en Serradifalco? Hoy tan lejana, tan imposible e inalcanzable.
Autora:
Graciela Silvana Chiodi
Una familia siciliana en Bavio
Y es así, que la hermosa Ángela, a puro dolor y en plena juventud, había aprendido la gran mentira de la esperanza. Creo que en su cabecita juvenil había quedado muy claro que no volvería a Italia. Pero ahora me pregunto cómo es posible seguir adelante sin que el motor impulsor llamado esperanza funcione. Lo que creo es que Ángela debe de haber generado alguna nueva idea para aceitar los estímulos que le permitiera seguir viviendo en la ilusión. Si a esa altura de su vida ya había desenmascarado a la esperanza con la certeza de nunca más volver, debía buscar un sucedáneo de la esperanza para no detener sus motores.
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