Las tecnologías de la información y la comunicación que comenzaron a desarrollarse luego de la Segunda Guerra Mundial y que experimentaron una complejización técnica a partir de las últimas décadas del siglo XX y los primeros años del siglo XXI, producto de la digitalización de los medios, del aumento de la capacidad de almacenamiento y de velocidad de procesamiento de los equipos, de la portabilidad y de la interconectividad de los dispositivos, transformaron las formas de archivar información, de construir conocimiento, de leer y de escribir. Los entornos digitales interconectados, con sus rasgos distintivos y características formales, permiten expandir la concepción de la escritura y la lectura. La literatura impresa, por lo tanto, se encontrará con lo electrónico, con lo digital, en lo que Juan José Mendoza llama una “encrucijada interdiscursiva” definitoria de uno de los contextos interculturales más paradigmáticos para pensar las escrituras del presente.
La literatura y lo literario, en los libros sobre los que Olaizola reflexiona, delinean trayectorias entre lo digital y lo impreso, y al hacerlo, cuando están a punto de conformarse, a través de una práctica, en un objeto/texto/proyecto, en el marco de un medio, de un dispositivo específico, con sus potencialidades y limitaciones estéticas y comunicacionales, no lo hacen. Evitan la voluntad y el poder de constituirse en un objeto/texto/proyecto finalizado, y se instauran en un trance permanente a partir del tránsito en y a través de la esfera digital y la esfera impresa. La literatura hoy se desarrolla en un escenario en donde 
la transmedialidad es un procedimiento estético más; y justamente la transmedialidad, que se basa en el pasaje de un elemento de un medio a otro, implica un proceso de transposición, ya que un tema, estética, relato, discurso, personaje, mundo, entre otros aspectos, debe traducirse a otro lenguaje, a otro modo de composición. De hecho, es esperable que cada medio desarrolle sus potencialidades comunicativas y estéticas y que, a la vez, conserve su especificidad. Los textos, los proyectos, los objetos literarios latinoamericanos que ejecutan pasajes entre lo impreso y lo digital asumen que la transposición, que la traducción es una de las formas de la escritura. Estos tránsitos/trances de la literatura implican el pasaje de límites, pero sobre todas las cosas, distintas formas de vincularse con otras personas. Ese movimiento hacia otros espacios, hacia otros sujetos necesariamente conlleva, de mínima, una interpelación, y de máxima, una transgresión y subversión.

 

Autor:

ANDRÉS OLAIZOLA

(Buenos Aires, 1981)

Licenciado en Letras (UBA), Profesor Universitario en Letras (UP), Magíster en Educación Superior (UP). Becario Doctoral del CONICET. Es profesor en el IES Nº 1 “Dra. Alicia Moreau de Justo” (CABA) y adscripto en la cátedra Problemas de Literatura Latinoamericana “B” (UBA). Fue docente-investigador en la Universidad de Palermo. Ha realizado una adscripción en el Instituto de Literatura Hispanoamericana (FFyL, UBA). Ha sido parte de varios proyectos de investigación, tanto como director como miembro investigador. 
Es autor de artículos y ensayos publicados en revistas académicas y de divulgación argentinas y latinoamericanas. Pasajera en trance/ tránsito. Trayectorias de la literatura latinoamericana entre lo impreso y lo digital es su primer libro.

 

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Las tecnologías de la información y la comunicación que comenzaron a desarrollarse luego de la Segunda Guerra Mundial y que experimentaron una complejización técnica a partir de las últimas décadas del siglo XX y los primeros años del siglo XXI, producto de la digitalización de los medios, del aumento de la capacidad de almacenamiento y de velocidad de procesamiento de los equipos, de la portabilidad y de la interconectividad de los dispositivos, transformaron las formas de archivar información, de construir conocimiento, de leer y de escribir. Los entornos digitales interconectados, con sus rasgos distintivos y características formales, permiten expandir la concepción de la escritura y la lectura. La literatura impresa, por lo tanto, se encontrará con lo electrónico, con lo digital, en lo que Juan José Mendoza llama una “encrucijada interdiscursiva” definitoria de uno de los contextos interculturales más paradigmáticos para pensar las escrituras del presente.
La literatura y lo literario, en los libros sobre los que Olaizola reflexiona, delinean trayectorias entre lo digital y lo impreso, y al hacerlo, cuando están a punto de conformarse, a través de una práctica, en un objeto/texto/proyecto, en el marco de un medio, de un dispositivo específico, con sus potencialidades y limitaciones estéticas y comunicacionales, no lo hacen. Evitan la voluntad y el poder de constituirse en un objeto/texto/proyecto finalizado, y se instauran en un trance permanente a partir del tránsito en y a través de la esfera digital y la esfera impresa. La literatura hoy se desarrolla en un escenario en donde 
la transmedialidad es un procedimiento estético más; y justamente la transmedialidad, que se basa en el pasaje de un elemento de un medio a otro, implica un proceso de transposición, ya que un tema, estética, relato, discurso, personaje, mundo, entre otros aspectos, debe traducirse a otro lenguaje, a otro modo de composición. De hecho, es esperable que cada medio desarrolle sus potencialidades comunicativas y estéticas y que, a la vez, conserve su especificidad. Los textos, los proyectos, los objetos literarios latinoamericanos que ejecutan pasajes entre lo impreso y lo digital asumen que la transposición, que la traducción es una de las formas de la escritura. Estos tránsitos/trances de la literatura implican el pasaje de límites, pero sobre todas las cosas, distintas formas de vincularse con otras personas. Ese movimiento hacia otros espacios, hacia otros sujetos necesariamente conlleva, de mínima, una interpelación, y de máxima, una transgresión y subversión.

 

Autor:

ANDRÉS OLAIZOLA

(Buenos Aires, 1981)

Licenciado en Letras (UBA), Profesor Universitario en Letras (UP), Magíster en Educación Superior (UP). Becario Doctoral del CONICET. Es profesor en el IES Nº 1 “Dra. Alicia Moreau de Justo” (CABA) y adscripto en la cátedra Problemas de Literatura Latinoamericana “B” (UBA). Fue docente-investigador en la Universidad de Palermo. Ha realizado una adscripción en el Instituto de Literatura Hispanoamericana (FFyL, UBA). Ha sido parte de varios proyectos de investigación, tanto como director como miembro investigador. 
Es autor de artículos y ensayos publicados en revistas académicas y de divulgación argentinas y latinoamericanas. Pasajera en trance/ tránsito. Trayectorias de la literatura latinoamericana entre lo impreso y lo digital es su primer libro.

 

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