“Presentar este libro de Maximiliano Fabi evoca otra presentación, en la ocasión oral, de otro ejemplar suyo en el Centro Descartes, del cual se podría resumir en un renglón su tesis: se escribe porque sí, que es otra manera de expresar que es por el deseo. Y esta alusión sirve para comenzar, como corresponde, por el comienzo, que es por donde lo hace el autor refiriéndose a Marc Fumaroli y su República de las letras, para lo cual se vale del malentendido entre una institución y un filósofo. En tal sentido Fabi, siguiendo al francés, opone la Universitas a la Academia, entendiendo por ésta, no una Escuela u otro tipo de institución, sino un sitio cualquiera donde “unos amigos eruditos se reúnen para conversar con el dueño de casa”. Por cierto, quizás no sea justa la idea de suponer la erudición a los amigos que acompañaban al dueño de casa, pero sin duda alguna era una descripción adecuada para la figura principal de ese Centro Descartes, al cual alude Fabi. Aunque el estilo coloquial de Germán García permitía disfrazar la erudición que lo habitaba."

Del prólogo de Marcelo Izaguirre.

Autor:

Maximiliano Fabi

Nació en La Plata, en 1985. Es profesor de historia, y autor del libro Cuadernos de sí y de no (ed. Otium, Buenos Aires, 2016). Frecuentó la enseñanza de Germán García desde el año 2009, cuando el curso breve sobre El espíritu de la fenomenología. Desde el año 2022 lleva adelante la publicación digital Oculi. Revista de lecturas.

«Escribir es hacer», se decía hace bastante; y entonces podría leerse invertido: si hacer fuese entonces escribir, de pronto se comprendería que en ciertos lugares pueda ser cierto que nadie esté sentado realmente sobre sillas, sino más bien, sobre palabras... sobre páginas que hacen a la geografía de una extraña República de Letras. Entonces ya no se trataría de contar ni de sostener nada, sino más bien de pensar en que quizás sea cierto que estamos siendo contados (que seguimos siendo contados...), y que por algo, en algún recodo de ese laberinto de discursos, Germán García decidió dejar una clave que insiste en el título del que fuera -casi- el último de sus libros: a la sentencia medieval que afirma que «nadie entra en el cielo sino a través de la filosofía», Germán García respondería que «nadie sale de los infiernos sino a través del psicoanálisis». Y de eso se trata, como suele decirse... se intenta, se ensaya.