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Reflexiones para una nueva Organización Social, Política, de Gobierno y Estado ante un nuevo Paradigma
La autodenominada clase política, las corporaciones económicas, mediáticas, el gobierno y el Estado están separados casi absolutamente del ciudadano común; es decir, de la Sociedad Civil. Se han autonomizado de ella como si fuesen asociaciones que nada tienen que ver con la sociedad, pero que deciden por ella. El ciudadano común no maneja ni la Política, ni la Economía, ni los Medios de Comunicación, ni el Gobierno ni el Estado. La Política, que debería ser la gran articuladora de estas formaciones sociales dentro de la Sociedad Civil y generadas, mantenidas y controladas por ésta, se encuentra fragmentada en las múltiples y arbitrarias políticas de cada uno de aquellos sectores, pretendiendo cada uno incidir sobre la Sociedad Civil. El Sistema Económico, el Gobierno, el Estado, los Partidos Políticos y el Sistema de Representatividad actuales han quedado obsoletos, como parte de un discutible camino histórico hacia la Democracia real. Hoy demuestran su inutilidad, donde unos pocos se aprovechan de muchos. Esto de por sí, ya es suficiente para repensar otras Formaciones Sociales, otros Sistemas de Gobierno y Estado, otra Política, fundamental para una organización social justa y de mejor calidad de vida, hacia una convivencia más humana. El mecanicismo idealista hegeliano, el historicismo, el positivismo y el evolucionismo, todos sistemas organicistas, racionalistas, reduccionistas, junto al posmodernismo y la economicista obsolescencia tecnológica y digital, a los fines de la producción y el consumo infinito, sólo han estado al servicio del deseo, del egoísmo y de la explotación del hombre por el hombre, justificando ideológicamente la desigualdad e injusticia. La Razón, la Ciencia, la Tecnología, el poder y el dinero se han desarrollado ignorando el espíritu humano. El Capitalismo ha creado, con el Pensamiento Único, por encima de las culturas, una sociedad sin clases, invisibilizando los grupos de poder que buscan el control social total de las personas individuales y de las comunidades, aprovechando las frustraciones, miedos, necesidades y sueños de la gente, con el consumo inducido, y el temor para sublimar sus necesidades reales. Las emociones y sentimientos no son respetados, sino manipulados. Es una dictadura que impone un modo de vida y una cultura artificial en desmedro de la libertad.
Contra este Sistema, necesitamos del protagonismo de la Sociedad Civil, del ciudadano común, empoderándolo en derecho y acción, para que sea dueño de su propio destino personal y comunitario. No hay sociedad libre sin hombres libres.
Autor:
IVÁN OJEDA
La sociedad civil solidaria como anti-sistema
Reflexiones para una nueva Organización Social, Política, de Gobierno y Estado ante un nuevo Paradigma
La autodenominada clase política, las corporaciones económicas, mediáticas, el gobierno y el Estado están separados casi absolutamente del ciudadano común; es decir, de la Sociedad Civil. Se han autonomizado de ella como si fuesen asociaciones que nada tienen que ver con la sociedad, pero que deciden por ella. El ciudadano común no maneja ni la Política, ni la Economía, ni los Medios de Comunicación, ni el Gobierno ni el Estado. La Política, que debería ser la gran articuladora de estas formaciones sociales dentro de la Sociedad Civil y generadas, mantenidas y controladas por ésta, se encuentra fragmentada en las múltiples y arbitrarias políticas de cada uno de aquellos sectores, pretendiendo cada uno incidir sobre la Sociedad Civil. El Sistema Económico, el Gobierno, el Estado, los Partidos Políticos y el Sistema de Representatividad actuales han quedado obsoletos, como parte de un discutible camino histórico hacia la Democracia real. Hoy demuestran su inutilidad, donde unos pocos se aprovechan de muchos. Esto de por sí, ya es suficiente para repensar otras Formaciones Sociales, otros Sistemas de Gobierno y Estado, otra Política, fundamental para una organización social justa y de mejor calidad de vida, hacia una convivencia más humana. El mecanicismo idealista hegeliano, el historicismo, el positivismo y el evolucionismo, todos sistemas organicistas, racionalistas, reduccionistas, junto al posmodernismo y la economicista obsolescencia tecnológica y digital, a los fines de la producción y el consumo infinito, sólo han estado al servicio del deseo, del egoísmo y de la explotación del hombre por el hombre, justificando ideológicamente la desigualdad e injusticia. La Razón, la Ciencia, la Tecnología, el poder y el dinero se han desarrollado ignorando el espíritu humano. El Capitalismo ha creado, con el Pensamiento Único, por encima de las culturas, una sociedad sin clases, invisibilizando los grupos de poder que buscan el control social total de las personas individuales y de las comunidades, aprovechando las frustraciones, miedos, necesidades y sueños de la gente, con el consumo inducido, y el temor para sublimar sus necesidades reales. Las emociones y sentimientos no son respetados, sino manipulados. Es una dictadura que impone un modo de vida y una cultura artificial en desmedro de la libertad.
Contra este Sistema, necesitamos del protagonismo de la Sociedad Civil, del ciudadano común, empoderándolo en derecho y acción, para que sea dueño de su propio destino personal y comunitario. No hay sociedad libre sin hombres libres.
Autor:
IVÁN OJEDA