La palabra legado deriva del latín “legatum” que significa aquello que se deja o transmite sea cosa material o inmaterial. Belén Zapiola  de Cobo nos dejó  su legado, su impronta, su modo de mirar la vida. Nada es al azar, nacimos y crecimos como una comunidad que se caracteriza por sus valores de solidaridad, progreso y libertad. Una sociedad que se fue conformando  porque hubo pioneros que eligieron este trozo bendito de tierra para apostar al futuro. Iluminaron y entibiaron este lugar.  Nos dejaron ese calorcito de solidaridad.   Nos dejaron  esos sueños acompañados  de historias de amor y voces humanas que resuenan en esta novela. Nos dejaron sus andares, sus decires, sus aconteceres.  Nos dejaron su fuego hasta el final. Nos dejaron su legado: la vida de un pueblo: Manuel José Cobo.

Graciela S. Nardín

Autora:

Olga Marisa Fernández

Olga Marisa Fernández nació en  Chascomús, provincia de Buenos Aires. Vivió toda su vida en Lezama. Se formó en esa ciudad como Profesora para la Enseñanza Primaria, y se perfeccionó con diferentes postítulos, sobre todo en Alfabetización. Gran parte de su trayectoria docente fue en zona rural,  la misma culminó con el cargo de directora  en la  E.P.N°1. Esta querida escuela la vio transitar sus primeros pasos en la escolaridad y en sus sueños de niña. Actualmente participa en el taller literario “El Galponcito” que coordina la profesora Graciela Nardín. 

 Desde niña fue una asidua lectora. Y de adulta sigue disfrutando  de esta pasión por la lectura y escritura. Recibió premios en  la categoría cuentos  y poesía  en diferentes concursos literarios: “Pedro Boloqui” y “Elsa Luján Belloto”. Entre sus lecturas preferidas se encuentran las novelas históricas.

Inicia los primeros pasos como escritora con “Belén Zapiola, su legado”,  un relato que camina entre lo histórico y lo ficcional,  y destaca especialmente  el origen de los valores que rigen toda una comunidad. Una historia que en veinticinco capítulos reivindica el rol de una mujer que deja como legado la cimiente de la solidaridad que caracteriza a este amado pueblo.

Coincidencias

Los matemáticos Persi Diaconis y Frederick Mosteller destacaron que las coincidencias están en el ojo del observador.

Carl Jung, psicólogo y psiquiatra suizo, las definió a las casualidades  como sincronicidades, donde hay eventos conectados entre sí no por la simple ley causa-efecto sino que en algunas ocasiones estos eventos externos coinciden con nuestras emociones y necesidades internas.

El Psicólogo Marc Hollan explica que las coincidencias surgen para hacernos sentir algo, para reflexionar sobre el misterio de la vida.

Freud dice que las coincidencias no existen, que cuando nos topamos con alguien por casualidad es porque ya la habíamos visto con el rabillo del ojo y lo dejamos pasar, pero se quedó ahí, en  nuestro subconsciente.

El destino se hila a veces  con la magia de alguna que otra coincidencia y depende de cada uno darle significado y trascendencia. Todo hecho casual puede esconder la puerta a una oportunidad, son esas chispas del destino que debemos interpretar con apertura, intuición y creatividad para darle sentido y trascendencia.

Belén y Manuel una vida de coincidencias:

*FECHA DE NACIMIENTO: Belén Zapiola, 25 de agosto 1867 y Manuel J. Cobo el 26 de agosto de 1858.

*EDAD AL CASARSE: Belén 23 años, Manuel 32 años.

*Basílica Nuestra Sra. de la Merced: fue el escenario del bautismo y casamiento de ambos y de sus padres.

*VISION PROGRESISTA: compartieron el sueño de formar un poblado en las inmediaciones del ferrocarril. El matrimonio COBO- ZAPIOLA persiguió su objetivo .

Fueron colaboradores natos de toda la población, (por ejemplo dar 1 peso por cada árbol que se plantase en las inmediaciones de sus tierras). Dueños de un espíritu selecto y sentimientos bondadosos que se reflejaron en numerosas obras, como por ejemplo la construcción de la iglesia del pueblo.